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Grupo S
Durante 1985, la FISA (FIA) planteó la introducción de un nuevo reglamento que habría conseguido detener la escala de potencia de los Gr.B. El máximo organismo deportivo ya estaba redactando la reglamentación de los Gr.S, basándose en las del Grupo B pero con ciertas limitaciones.
Las marcas podrían construir coches estrictamente para rallyes eliminando la obligatoriedad de las 200 unidades de calle que encarecían la homologación, dejándola tan sólo a 10 unidades y se podrían mantener las caracterísiticas de los Gr.B, es decir, la transmisión integral, el motor central, el chasis tubular, el turbocompresor y la carrocería de fibra. Sin embargo, la potencia se iba a limitar a 300 cv mediante diferentes soluciones técnicas que actuaban sobre la admisión de aire del motor y la presión máxima de los turbos.
El Gr.S planteaba también limitaciones de peso más severas y un incremento de las medidas de seguridad notable.
Lamentablemente, esta legislación llegó tarde y cuando la FISA prohibió los Gr.B detuvo el desarrollo de los Grupo S.